Algunas reflexiones sobre la identidad disciplinar de las/los Trabajadores Sociales - Cristian Urbalejo Luna

 

Algunas reflexiones sobre la identidad disciplinar de las/los Trabajadores Sociales (Descarga)

Cristian Urbalejo Luna 

crist@comunidad.unam.mx

Licenciado en Trabajo Social y pasante en Filosofía por la UNAM, actualmente cursa la maestría en Filosofía de la Ciencia por la misma institución. Sus intereses son la normatividad epistémica mediante el uso de modelos científicos y la epistemología de Trabajo Social, especialmente desde el estudio de intervención social como práctica científica. 

Una búsqueda histórica

Es bien sabido que a lo largo de varios años desde los inicios de la profesionalización de la disciplina en 1917 se ha cuestionado cuál es la identidad disciplinar de lxs Trabajadores Sociales. Ésta búsqueda inicia con Mary Richmond tanto en Diagnóstico Social como en ¿Qué es el Trabajo Social de casos? y a pesar del paso de los años continúa hasta nuestros días.

Hablar de identidad puede sonar bastante ambigüo. ¿A qué tipo de identidad nos referimos? ¿Hablamos de un perfil específico de quienes deciden estudiar esta disciplina? En todo caso estaríamos aludiendo a la feminización del Trabajo Social (TS), situación que aunque se ha ido revirtiendo en años recientes continúa siendo estereotípico pensar que quien ejerce la profesión debe ser una mujer y tener características "femeninas". ¿Entonces hablamos de esclarecer qué rayos es y qué hace una TS? Esto implicaría entonces que encontrar nuestra identidad profesional significa definir lo que es el TS y además qué es lo que las trabajadoras sociales hacen. En el presente ensayo me enfocaré más en la segunda perspectiva.

Un problema al que me gustaría aludir con la primera opción, que es por lo cual he decidido ignorar esta posibilidad, es sobre todo la manera en la que definir la identidad con el perfil puede llevarnos a serios problemas, algunos de los cuales seguimos experimentando hoy día. Veamos cuales son los argumentos

  1. La identidad profesional es definida desde el perfil específico de quienes deciden estudiar la disciplina

  2. El perfil específico desde el Trabajo Social ha sido definido desde las características de personalidad que debe tener una buena TS, e.g: carismática, trabajadora, empática, considerada, etc.

  3. Las características definidas en (2) no apelan a características de una actividad científica, sino de una actividad caritativa o voluntarista


    Conclusión: El camino de definición de la identidad profesional desde el perfil nos lleva a reforzar una identidad profesional que no nos dice nada sobre el Trabajo Social como una actividad científica, sino como una actividad caritativa o voluntarista

Ese no es el camino que queremos explorar en el presente ensayo. No sólo por lo que nuestra conclusión arroja, sino porque nos ha llevado a estereotipos que refuerzan la idea de que no es necesario desarrollar habilidades de carácter científico, sino nuestros propios rasgos de personalidad.

Dos preguntas fundamentales

La segunda opción puede ayudarnos más a pensar en el Trabajo Social como una actividad científica, aunque no una ciencia (no ampliaré esta idea aquí porque es otro tema). Esto nos deja con dos preguntas:

PR1: ¿Qué es el Trabajo Social? y

PR2: ¿Qué hace el Trabajo Social?

Para PR1 responderé que es una disciplina de las ciencias sociales de carácter científico. Nótese que estamos hablando de ciencia sociales, por lo cual la dimensión social parecería ser demasiado obvia, pero no lo es. La historia que como TS hemos tenido como auxiliares de otras disciplinas ha hecho que confundamos los objetos y sujetos de otras disciplinas con los nuestros propios. Entonces la obesidad es un problema, pero no desde lo social, sino desde la salud y entonces debemos de dar información a las personas sobre como prevenir la diabetes. ¿La dimensión social? No es claro donde es que está. La violencia intrafamiliar es un problema social, pero que algunas TS buscan resolver con intervenciones en crisis o centrándose en la dimensión emocional de las sujetas, pero de nuevo se pierde la dimensión social.

En éste punto hay que hacer una aclaración a una posible objeción que se nos pueda hacer. La primera objeción es que Trabajo Social es una disciplina transdisciplinar y que, por tanto, no podemos deshacernos del conocimiento de otras disciplinas. Esto es en parte cierto, pero puede llevar a una confusión. La transdisciplina implica la interacción entre dos marcos teórico-referenciales, en las que elementos teóricos de una disciplina pueden comunicarse con otra sin que existan problemas de contradicciones o incoherencia. Por otro lado también implica la posibilidad de que dos disciplinas tengan prácticas compartidas y que colaboren para cumplir sus objetivos científicos, que pueden ser teóricos o de intervención en el mundo. Sin embargo, la interacción no significa la conversión, un sociólogo no se convierte en antropólogo por usar un lenguaje o práctica compartida para colaborar. Si el antropólogo colabora con un sociólogo, necesitan un lenguaje común que les permita comunicarse, pero también habrá elementos de sus lenguajes disciplinares que no se puedan comunicar, lo mismo sucede con las prácticas: habrá prácticas que puedan compartir y otras que no logren interactuar y que sean "exclusivas" de cada disciplina.

La segunda objeción que se nos puede hacer es que probablemente estemos siendo muy rígidos y que al final al momento de la intervención uno termina "haciendo de todo" y que no es posible limitarse a "ser TS". A esto yo respondería que el hecho de que esto haya sido así para las TS hasta el día de hoy, no justifica que pensemos que esto deba ser así en el futuro. Estoy convencido de que es cierto que cuando uno está en campo termina haciendo cosas que nos alejan de ser TS por un momento pero la idea que tengo en mente es que ese "ser TS" no está sólo relacionado con lo que hacemos, sino también con la forma en la que miramos y analizamos el mundo social. Eso es algo que aunque esté apoyando en la cocina con las mujeres de la comunidad o me hayan encargado acarrear garrafones para poder beber agua en la asamblea barrial no me impide seguir mirando COMO TS.

¿Y qué pasa con PR2? Para responder a esa pregunta me gustaría agregar un punto más a la respuesta a PR1. El Trabajo Social es una disciplina de las ciencias sociales de carácter científico cuya práctica científica central es la intervención social. Entonces la respuesta a PR2 es, simple y llanamente: interviene en lo social. Esta respuesta también tiene sus objeciones y me gustaría presentárselas aquí con posibles argumentos que me ayuden a defender mi propuesta.

La primera objeción sería que qué pasa con aquellos profesionistas que se dedican a la investigación o a la formación de nuevas TS. ¿Acaso ellas ya no son TS porque no intervienen en lo social? En primer lugar la palabra central en mi definición es importante, porque significa que no es la única pero sí la que da unidad a todas las diferentes prácticas que realizan las TS. Pero también si queremos ir aún más profundo diremos que quienes hacen investigación en TS deberían hacerlo pensando en que eso debería ayudar a otras TS que intervienen directamente en la realidad. Lo que quiero decir es que ese conocimiento deberían poder usarlo otras TS para intervenir. Este argumento no es excluyente pues claro que otras disciplinas de las ciencias sociales pueden hacer buen uso de ello también. De igual manera las formadoras de TS deben tener en mente que están formando sujetas profesionales que finalmente van a intervenir en lo social.

La segunda objeción y a la que me parece más complicada responder es que podemos aceptar que la intervención en lo social es la práctica central del Trabajo Social, pero que no somos la única disciplina que se dedica a ello. Esta objeción es cierta, y creo que en el Trabajo Social Contemporáneo es uno de los grandes retos el dar una respuesta satisfactoria a esta objeción si queremos que quede claro para las nuevas generaciones cómo está consolidada la identidad disciplinar de las TS. No quiero hacer de este ensayo algo demasiado extenso así que daré una respuesta que puede servir de manera provisional para este espacio pero que la discusión no se agota aquí. Será útil dividir en argumentos esta sección:

  1. La práctica científica central del Trabajo Social es la intervención social.

  2. El Trabajo Social no es la única disciplina que intervencione en lo social pues hay otras disciplinas sociales que también intervienen en lo social

  3. Seguido de (1) y (2) no podemos decir que nuestra identidad disciplinar como TS sea la intervención social.


     

  4. Por lo tanto, nuestra identidad disciplinar NO puede estar en la intervención social.

 

A este respecto a mí me gustaría resaltar que el problema es que el argumento (2) es incompleto. El argumento en (2) es cierto, sin embargo, para completarlo deberíamos decir que si bien "Hay otras disciplinas sociales que también intervienen en lo social" nuestra disciplina tiene la característica de que deberían [aunque no siempre es el caso] formarnos PARA intervenir en lo social. ¿Por qué es importante este matiz? Porque otras disciplinas PUEDEN intervenir en lo social pero su formación curricular no tiene como fin central formarse PARA la intervención social. Por supuesto esto último está sujeto a debate, pero me parece una buena base para iniciar una discusión y defender mi respuesta a PR2.

¿De qué sirve responder a PR1 y PR2?

Tenemos un gran reto en una época en la que las disciplinas tanto sociales como de ciencias naturales se han ido diversificando más y especializando más. Hemos encontrado muchos profesionistas que podrían estar mejor preparados para la intervención social que una TS, y no necesariamente por una cuestión de los límites del Trabajo Social, sino por los límites en nuestra propia formación: tanto de una dispersión formativa que no da unidad ni coherencia a la consolidación del perfil profesional de las TS tanto por la falta de actualización de las formadoras en TS, ya sean éstas TS o pertenezcan a otra disciplina.

No toca aquí responder cómo es que hemos invetido ya un siglo en esta discusión y que aún siga surgiendo en las aulas o inclusive ya en espacios gremiales de personas que llevan años ejerciendo la profesión. Lo importante es pensar qué posibilidades existen para el Trabajo Social con estas nuevas definiciones, qué tipo de formación académica se requiere para cumplir con esos estándares, cómo debemos mirar a la intervención social y qué habilidades tanto racionales como cognitivas debemos desarrollar en las futuras generaciones de TS.

Otra pregunta importante es si estas respuestas son satisfactorias para todas las TS que se desenvuelven en diferentes ámbitos de intervención: en el ámbito clínico, lo comunitario, en el mundo de las organizaciones de la sociedad civil, en el peritaje social, y un largo étcectera. Pero independientemente de ello, sépase que para mí la respuesta que acabo de dar a PR1 y PR2 también contiene una postura personal que no viene de un capricho, sino de una necesidad. Esta necesidad está relacionada con lo que algunos autores como Armando Bartra han llamado una "crisis civilizatoria", es decir, una crisis humana que ha afectado al planeta en muchos ámbitos. La crisis por el COVID-19 es una manifestación más de esta peligrosa crisis.

Entonces, ¿qué tipo de Trabajo Social necesitamos? Y aquí tenemos ya dos respuestas que han sido históricamente determinadas:

  1. Un Trabajo Social que ve al sujeto como un cliente en una institución y que busca adaptar a ese llamado cliente a la estructura institucional para que se adapte mejor a la sociedad en la que existe independientemente de si ésta es justa o no. [Tradicional]
  2. Un Trabajo Social revolucionario que busca cambiar las estructuras sociales de manera radical para construir un proyecto utópico pensado en Europa por las escuelas críticas y que plantea maneras de intervenir cercanas al sujeto que se piensa revolucionario [Reconceptualizado]

Si tuviera que elegir me iría por la opción (2). Pero también si asumo mi responsabilidad como sujeto histórico pienso que no debo quedarme con estas dos opciones que históricamente han sido configuradas así, y que muchos colegas siguen llevando esas banderas consigo. Me gustaría, a partir de las respuestas a PR1 y PR2 ofrecer una alternativa 3:

  1. Un Trabajo Social que busque crear cambios sociales de alcance en el largo plazo para que sean los sujetos quienes decidan sobre los horizontes sociales que buscan construir de acuerdo a su propio universo de valores, su contexto histórico y sus recursos disponibles. [Contemporáneo]

La opción (3) es menos ambiciosa que la opción (2), sin duda, pero creo que hay que partir desde la propia humildad y reconocer que no le corresponde a una sola disciplina cambiar las estructuras sociales, sino a las sujetas todas, sean profesionales o no. Nuestra disciplina puede aportar a construir sujetos sociales con esa capacidad de construcción para para que esos horizontes se conviertan en una realidad. Mi propuesta (3) tampoco es del todo satisfactoria, pero creo que sirve como base para construir desde otra lógica. Como dirían los zapatistas: "lento pero avanzando"....


*Aunque el ensayo es una aproximación de ideas e intentaba no ser tan acádemico [creo que al final no lo logré] sí me gustaría mencionar que mis ideas no son enteramente originales y que le debo mucho a las TS: Adriana Ornelas, Nelia Tello, Silvia Galeana de la O., Victor Ospina, Alfredo Carballeda, Carlos Montaño, Ruth Parola & Maria Linardelli, entre otras colegas. No olviden lo importante que es leernos entre TS.

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